El accidente

El sábado 2 de agosto me dirigía desde Palma al Puerto de Alcúdia para acompañar a una amiga que iba a Menorca con el Barco de Iscomar de las 8:30.

En la autopista Palma - Sa Pobla, en la altura del Polígono Industrial de Inca había una retención provocada por un accidente de un 4x4 unos minutos antes. Yo iba con un Citroen C4 por la parte izquierda y al ver que los coches estaban parados, empecé a detenerme y puse las luces de emergencia.

Cuando estaba casi detenido detrás de un pequeño camión, me di cuenta de que un Seat León amarillo venía muy rápido hacia mí. La reacción que tuve fue girar el volante a la izquierda para apartarme de su trayectoria. Pero ya no tuve tiempo y el Seat León me golpeó por detrás.

Sin embargo, como intentaba apartarme de su trayectoria, mi coche estaba con la parte delantera girada levemente hacia la izquierda. Con el golpe, el coche avanzó unos metros golpeando con la parte izquierda un guardarraíles y con la parte derecha el camión. Es decir, mi coche quedó encajado entre el guardarraíles por la izquierda y el camión por la derecha.


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Primeros minutos

En el momento del golpe, recuerdo haber mirado a mi amiga y ver que el cristal de su puerta explotaba en mil pedacitos. Al mismo tiempo, oí un ruido metálico por todos los lados. El coche estaba rozando por la parte izquierda en el guardarraíles y por la derecha en el camión.

Una vez el coche se detuvo y te das cuenta de que has tenido un accidente, lo primero que haces es preocuparte por la persona que está contigo. Mi amiga estaba llena de cristales encima de las piernas y tenía algunos cortes. Pero no parecia grave. Yo también me sentía bien. Uf! no nos ha pasado nada.

Luego miras a tu alrededor. Al ver que no me había empotrado en el camión respiré y me alegré de haber reaccionado a tiempo girando el volante hacia la izquierda.

El coche quedó encajado entre el guardarraíles y el camión. No se podían abrir las puertas. Lo que deseas, cuando te ves ahí, es salir del coche. Intenté bajar la luna izquierda pero no funcionaba (bajó sólo unos 10 cm.). Ví que el cristal había salido de su surco. Luego miré si podíamos salir por la parte derecha, pero estaba el camión.

En estos momentos, vi que había unas 10 o 15 peronas fuera de pié mirando. Le pedí al del camión que lo quitara para poder abrir la puerta, pero el camión estaba enganchado a mi coche. Grité a la gente que había detrás y les pedí que abrieran mi maletero para probar a salir desde allí, pero el maletero tampoco se abría (lleva un sistema electrónico). Cuando estaba a punto de romper la luna izquierda, vi que mi amiga intentaba salir por su ventana y lo consiguió. Luego salí yo.

Bien. Ya estamos fuera. Miras a tu alrededor y ves la que se ha liado. Vi como el coche que me golpeó a mi también golpeó al camión. ¿A qué velocidad debía ir?

Cuando conseguí salir, me interesé por la gente implicada en el accidente. Vi al conductor de camión y su compañero y les pregunté si estaban bien. Me dijeron que sí. Luego pedí a un grupo de gente quién era el conductor del León amarillo. Me señalaron a alguien que estaba sentado cabizbajo en la mediana de la autopista y me dirigí a él para ver como estaba.

Continúa en el siguiente post.

La conversación con el conductor del Seat León

Al ver al conductor del Seat León sentado en la mediana de la autopista pensé que no se encontraba bien y me dirigí a él. Estaba llorando, diciendo "me quiero morir". Intenté consolarlo diciendo que no pasaba nada, que era sólo un accidente y que todos estábamos bien. Pero él repetía una y otra vez "me quiero morir".

En este momento pensé: "a ver si dice esto porque no tiene seguro" (se ve que cuando tú y tus acompañantes estáis bien, lo que más te preocupa es el coche). Le pregunté si tenía seguro y me contestó que sí. Vamos bien.

Después de una pequeña pausa, me dijo "voy borracho, tio! me van a meter en la carcel". Recuerdo que en este momento sentí como me hervía la sangre! creo que le insulté, no lo recuerdo, pero luego me calmé y le dije que tranquilo, que no pasaba nada, que ya se arreglaría. Tuve que irme de delante de él y fui a ver a mi amiga que estaba sentada en el asfalto junto a varias personas con un poco de sangre en las piernas.

En estos momentos, ya estaban los agentes de tráfico haciendo fotos, preguntando a los implicados y en poco tiempo vinieron varias grúas para llevarse los coches.

Después de todo eso, miré la hora y ya era muy tarde. Mi amiga perdía el barco. Sin embargo, llamé a mis padres (que viven en las Playas de Muro) y les conté lo ocurrido y les pregunté si podían llevar a mi amiga al puerto. Lo intentaron, pero no llegó a tiempo.

Yo, mientras mis padres se iban al Puerto de Alcúdia, pedí a unos agentes si me podían llevar al depósito de la grúa para decirles que llevaran mi coche al taller. Al llegar al depósito me dijeron que los sábados no me lo podían mover, que volviera el lunes.

Empezamos bien. Ahora, a esperar a que mis padres volvieran a recogerme.

En el hospital

Estaba en Inca, un sábado de agosto a las 9 de la mañana. Todo está cerrado. Como tenía que esperar a mis padres que vinieran a recogerme, me fui a un bar a tomar un Lacao.

También pedí el periódico para entretenrme un poco y, después de leer algunas páginas, empecé a marearme. A esta hora, ya se me había pasado el subidón de adrenalina y empezaba a sentirme un poco mal. Me fui al baño a refrescarme la cara y pronto llegó mi madre con mi amiga y nos dirigimos al hospital de Inca.

Entramos por Urgencias y nos dirigimos a una chica muy amable que nos hizo rellenar un parte de accidente. Enseguida nos envió a la sala de espera y al poco tiempo nos llamaron, primero a mí y después a mi amiga.

El primer reconocimiento: mirar la tensión, el pulso, la temperatura y tocar las vértebras. Nos ponen un collarín a cada uno y nos dicen que esperemos en otra salita para que nos atendiera otro médico.

El segundo reconocimiento: después de esperar en la salita unos 15 minutos, nos llaman a otra consulta. Otro médico nos examina las cervicales y nos dice que nos hagamos unas radiografías. Otra vez a esperar.

Las radiografías: en unos 20 minutos, nos llaman para hacernos las radiografías. En dos minutos está hechas y nos piden otra vez que esperemos en la misma salita.

El diagnóstico: otros 20 minutos después, nos vuelven a llamar (esta vez a los dos juntos) y nos dagnostican un latigazo cervical y que llevemos collarín durante 3 o 4 días.

Bien, agosto a más de 30 grados con bufanda! Empezaba a maldecir al tío que nos golpeó.

Fin del día

Después de estar una eternidad en el hospital (se hacen largas las esperas) nos fuimos a casa de mis padres a descansar. La intención era ir al Puerto de Alcudia por la tarde para que mi amiga pudiera coger el barco de las 17:00.

Descansamos, almorzamos, volvimos a descansar y por la tarde nos fuimos al Puerto de Alcudia. Nos dirigimos mi amiga y yo al mostrador de Iscomar para contarles lo que había sucedido y preguntarles cómo podíamos hacer para coger el barco de la tarde.

Nos informó de que ya no se podía cambiar la hora de embarque, ya que el barco de la mañana ya había salido y había que pagar 90 € por un billete nuevo. Le dijimos que perdimos el barco de las 8:30 por una causa mayor: un accidente. Hasta le enseñamos el parte médico. Entonces, la chica del mostrador llamó a un superior y se lo explicamos a él. Le dijo a la chica que le hiciera a mi amiga un billete para las 17:00 sin coste. Gracias Iscomar.

Por fin algo sale bien. Mi amiga puede marcharse a Menorca, aunque con medio día perdido.